lunes, 3 de mayo de 2010

SONDEOS

Las encuestas publicadas vaticinan un frantic final de la campaña electoral.

Los sondeos sólo tienen valor como toma de temperatura. Indican tendencias. La foto fija de los últimos días no será el resultado del próximo jueves. Pero, por ahora, la mayoría de los electores, aunque lo rechazan, se inclinan por un hung parliament.

El último, elaborado por IPSOS MORI entre el viernes 30 de Abril y el 2 de Mayo, se refiere a las 190 "marginal constituencies" que los conservadores se han marcado como objetivo ya que la pérdida en 2005 fué por una diferencia de votos inferior al 10% . De ellos, 145 están ahora en manos de los laboristas y 41 en manos de los liberal-demócratas. Casi la mitad de esos escaños están a menos de un 5% de diferencia: 67 escaños laboristas, 18 liberales y tres de otros partidos. Según este sondeo, el swing en estos reñidos distritos supera el 7% respecto a 2005 a favor de los conservadores, lo que sugiere a los analistas que Cameron está muy cerca de conseguir la mayoría de 326 escaños.

Sin embargo, las complejidades del sistema británico deparan sorpresas.

Tomemos como referencia el sondeo de la empresa ICM para el Sunday Telegraph.

Respecto al que la misma empresa realizó el martes pasado, antes del último debate televisivo, indica que los conservadores ganan tres puntos y siguen primeros con el 36 por ciento de intención de voto. En cambio, los liberales de Nick Cleg pierden tres puntos y caen al 17 por ciento, lo que les coloca en tercer lugar por detrás de los laboristas que ganan un punto para quedar segundos con el 28 por ciento. Con esa gran ventaja conservadora se quedaría el partido de Cameron a 47 escaños de la mayoría absoluta y sólo 18 escaños por encima de los laboristas. Es un sistema endemoniado.

El sistema de distribución de las circunscripciones británicas, aunque dirigido por un comité independiente del Gobierno, favorece claramente a los laboristas como se demuestra por el hecho de que en 1992 John Major obtuvo la mayor votación popular de la historia y una mayoría parlamentaria de sólo 21 escaños. Cinco años más tarde, Tony Blair, con un respaldo popular muy inferior sacó 179 escaños de ventaja. Es decir ocho veces más escaños de diferencia.


Otro ejemplo. En las elecciones de 2005, ganadas por los laboristas dirigidos por Tony Blair, su mayoría absoluta fue de 66 escaños a pesar de lograr sólo 9.562.122 votos. Habría que remontarse a los tiempos en que el voto femenino estaba todavía prohibido para ver un respaldo popular tan escaso a un partido que logró una mayoría absoluta de escaños. O dicho de otra manera, nunca una proporción tan baja de electores ( sólo el 22% del censo) dió la victoria. La última vez que los conservadores ganaron lo hicieron con el respaldo de 14 millones de votante.

En las anteriores elecciones, Tony Blair logró mayoría absoluta con sólo una ventaja de tres puntos sobre los «tories»: 35,3% frente al 32,3% (los lib-dem lograron el 23%). «Ahora Cameron necesita una ventaja de unos seis puntos para lograr más escaños que Brown; con diez puntos tendría mayoría absoluta», explica Patrick Dunleavy, de la London School of Economics.

La conclusión evidente es que será muy dificil que cualquier partido pueda lograr una mayoría absoluta el próximo jueves con menos de diez millones de votos. Pero la realidad es que con la peculiaridades del sistema británico, eso podría ocurrir.

En todo caso hay algo evidente: Cada vez son más los británicos que creen que un hung parliament es malo para el Reino Unido. Y eso sólo puede perjudicar al que va tercero en los sondeos. Y ese es el liberal Nick Clegg. Veremos si acentúa la tendencia que nos muestran los sondeos.


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