miércoles, 14 de marzo de 2012

Problemas en el Big Ben


La delegación del CLC que, atendiendo la invitación del Scottish Affairs Committee del Parlamento Brítánico, participó ayer en un seminario sobre un tema de tanta actualidad como el referendúm escocés por la independencia, se vió muy sorprendido como en otro comité del que se estaba celebrando en una sala contigua se estaban estudiando medidas para evitar que el Big Ben continúe inclinándose, entre ellas la posibilidad de trasladar temporalmente la sede de la cámara mientras se llevan a cabo las labores de rehabilitación del edificio.

Un estudio elaborado en el mes de octubre por el Parlamento y el metro londinense, con vistas a la ampliación de una de sus líneas, reveló que el Big Ben se inclina 0,26 grados hacia el noroeste, lo que significa que, en su punto más alto, registra una desviación de medio metro con respecto a su eje.

Los expertos aseguraron entonces que, pese a esa inclinación, apenas perceptible para un observador atento, la torre no corre peligro de desestabilizarse.

Al parecer, además del Big Ben, el propio Palacio de Westminster, construido en el siglo XIX, sufre deterioros y agrietamientos en su fachada.

En la agenda de la sesión figuraba también una propuesta para que el edificio pueda ser incluso vendido, aunque la BBC considera tal posibilidad "altamente improbable".

La Torre del Reloj, con 96 metros de altitud, se erige majestuosa sobre la capital británica desde 1859 y alberga la Gran Campana de Londres, conocida como Big Ben, que le da nombre.

En sus alrededores se construyeron recientemente un aparcamiento subterráneo de cinco plantas y varios túneles para la línea de metro Jubilee, pero la inclinación del Big Ben es previa, aseguran los expertos.

"Cuando comencé a trabajar en la construcción del aparcamiento era obvio que ya se inclinaba. Lo sabemos desde hace años y lo más probable es que se iniciase en una etapa muy anterior porque no hay grietas en el revestimiento del edificio", subrayó el profesor del Imperial College de Londres John Burland, encargado de supervisar las obras del aparcamiento, en su oral evidence.

Para Burland, lo más probable es que la inclinación se iniciase durante el propio proceso de construcción de la torre, antes de que se fijase su revestimiento.

En cuanto a las grietas en el Palacio de Westminster, este experto dijo que "llevan ahí años" e, incluso, pueden resultar "beneficiosas" para la estabilidad del edificio.

El Big Ben "se mueve más de lo provocado por la línea Jubilee y este movimiento se ha concentrado alrededor de las grietas. Si no fuese así, encontraríamos grietas en otros lugares", añadió Burland.

"Si te paras en la Plaza del Parlamento y miras hacia la torre, puedes ver que se inclina ligeramente hacia la izquierda, pero yo no le daría ninguna interpretación política", bromeó Burland.

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